6 ago 2011

2 DE AGOSTO: JAISALMER-SAFARI DESIERTO DEL THAR


Amanece que no es poco, y con nuestras finas posaderas mas descansadas, aunque todavía magulladas, nos despertamos con un chai y unas tostadas con mermelada en la mano. Hemos dormido relativamente bien, visto el panorama, incluso de madrugada tocó taparse ya que refrescaba que no veas. Todo se ve con un poco más de optimismo una vez has descansado y con el fresco, aunque a ver que nos depara el día. En principio el plan era volver por otra ruta también en camello y pasar por un oasis donde "supuestamente" había un lago y nos podríamos bañar (susto o muerte again), aunque entre los damnificados y que no nos veíamos capaces de soportar otro día más a lomos de los simpáticos camellos, pedimos que nos vinieran a recoger lo antes posible con el jeep, ya no estábamos para ostias. Así que nos propusieron hacer una hora en camello y luego llamarían para que nos recogieran en un cómodo jeep. Incluso así, esa hora nos parecía un duro sacrificio, pero allá que vamos, que no se diga... Recogemos el campamento gitano y ejercitamos nuestros sonrosados culitos again soñando con llegar al hotel y meternos una ducha pero ya! Aunque teníamos bastante curiosidad por saber la cara que nos iban a poner los del hotel cuando llegáramos... yo no me atrevería a mirar a nadie a la cara visto el timo que nos pegaron, pero bueno... a ver que pasaba.
Antes de subir a los camellos, pedimos que cambiaran el camello a Núria, ya que llevaba un "camello en miniatura" que de cada paso de los nuestros ella daba tres, con sus respectivos movimientos, osea, se jugaba tener el culo tres veces más achicharrao que el resto, y sin problema le cambiaron el camello de sancho panza por otro más apañao. Y así empezamos la última travesía hasta llegar a la carretera donde nos estaba esperando el dueño del hotel, que no el del tren que nos había dejado en manos del conductor improvisao. Así de primeras ya nos pareció que no estaba muy hablador, y su aspecto era más serio de lo habitual, y algo expectante, imagino que igual que el nuestro. Nos despedimos de los camelleros, y mi camellero preferido me dio la mano y solamente me dijo: acuérdate de decir en el hotel que tu happy y yo happy... manda wüevos. Estaba más que claro que el tio estaba bastante preocupado. Pero bueno, ya estábamos un poco hartos de darle vueltas a la mierda y solo queríamos llegar. Así que tan contentos nos despedimos y subimos al super jeep, nuestra salvación.

Llegamos al hotel y Tom, la chica israelí, nos recibió encantadoramente como siempre. Nos ofrecieron enseguida las dos habitaciones para darnos una ducha sin cobrarnos nada, y nos ofreció todo lo que quisiéramos. No había casi duda de que el timo no venia de parte del hotel. Así que nos duchamos y quedamos extasiados del calor y el cansancio. Decidimos subir a comer algo ya que Quim estaba algo mareado, después de la aventura, la deshidratación y no haber comido casi nada en dos días (olvídate de dietas Dukan y  tonterias por el estilo...La dieta del safari es la más efectiva!!). Estuvimos en la azotea comiendo y bebiendo  y charlando con Tom, y luego nos fuimos a dar una vuelta por el fuerte. Allí nos encontramos con Aurea y John que se encontraban mucho mejor, y estuvimos charlando un rato en un huequito que parecida un ventilador natural, el lugar preferido de Quim de todo Jaisalmer...
Entramos en una antigua Haveli de un señor muy simpático que nos la enseñó de arriba a abajo, no sin antes mostrarnos su mini tienda de antigüedades improvisada por si caía algo. Pero nos encantó ver la casa por dentro, toda bastante derruida, pero pudimos imaginarla perfectamente en su época de esplendor.
Sobre las nueve decidimos volver al hotel ya que el tren salia a las once de la noche y no queríamos que nos pasara lo mismo de siempre, correr como gilis rojos como tomates. En el hotel Tom nos recomendó que en diez minutos teníamos suficiente, ya que en la estación no había nada, estaba a oscuras y que haríamos dos horas allí pal plantats!. Así que finalmente mejor estar en la fresca con un chai en la mano hasta que llegara la hora, el chico del hotel se ofreció a llevarnos a la estación con el jeep, así que genial. La verdad es que todo había pillado un color bastante extraño, no nos cuadraba nada, esta gente era encantadora, pero finalmente salió el tema a la conversación y todo quedó al menos medio aclarado. Resumiendo, resulta que el chico que conocimos en el tren y nos había llevado al jeep, era el encargado de organizar todo,  había desaparecido con la pasta, y había organizado lo mínimo para que no muriéramos de inanición. No nos alegró mucho, pero ya nos empezó a cuadrar todo. Tom estaba muy enfadada ya que justo se estaba enterando al mismo tiempo que nosotros de todo el tinglado, y no hacia más que excusarse, la verdad es que tenían un gran problema con este chico que ahora no viene al caso. Nada, ya estábamos de buen rollo así que ahí se quedó todo. Nos despedimos de ella con mucha pena, nos habíamos sentido como si estuviéramos en casa y nos habían tratado genial. Gracias por todo Tom!
Llegamos a la estación en un plis plas. Que way, llegar y besar el santo. Nada que ver con Delhi, una sola plataforma y un solo tren: el nuestro... jejejejejejeje. Así que como ya dominábamos el tema vagones, directamente subimos al nuestro, y allí estaban nuestros nombres en la lista, colgada en la puerta del vagón. En esta ocasión viajamos en clase AC3, que es una inferior a la anterior, con seis camas en lugar de cuatro, así que venga, más germanor. Las mejores eran las camas del medio... jajajajajaj, que se plegaban para poder tener más espacio si querías sentarte en las inferiores, donde teníamos dos compañeros, un chico y una chica hindúes. Conversación: 0.
Como Núria y yo eramos las más pequeñas pues nada, al medio que nos vamos, no sabíamos como coño íbamos a meternos en ese pequeño hueco con todos los mochilones que llevabamos, pero nos apañamos la mar de bien, eso si, te metes y ya no te muevas más en toda la santa noche.
Habíamos cogido algo de comer para el camino, esta vez unos noodles, ya que empezábamos a notar el estómago un poco raro. Aunque esta vez bajamos la guardia y no los pedimos sin picante, menudo apaño para el estómago, vaya. Así que decidimos hacer dos turnos en el tren para cenar. Núria y yo compartimos unos noodles, y nos fuimos fuera del vagón ya que allí no había sitio para poder comer mínimamente a gusto. Saliendo del vagón, al lado de los baños (no es el mejor sitio pero ya estamos muy adaptados al entorno) había un descansillo con una cama, así que el lugar perfecto para comer un poco tranquilas. Justo nos aposentamos y aparece el jefe de los revisores, que muy amablemente nos ofrece el sitio (ya lo habíamos hecho nuestro, pero era suyo) y nos da chapatis hechas por el, mira que bien! Nos abre la puerta para que entre aire, pero en vez de aire: que peste, que peste.... jajajajajaja, pero nada, decidimos ponernos a comer, con las manos, ya que no teníamos nada, menuda pinta que hacíamos, no podíamos parar de reír de ver las que estábamos pasando, pero bueno, comimos y dejamos salir al siguiente turno.
Nos pusimos a dormir enseguida ya que solo eran cinco horas y había que descansar algo antes de llegar a Jodhpur a las cinco y media de la mañana. Por el pasillo del tren ya habíamos visto que la tercera clase era un pelin más salvaje. Alguna cuqui, algún ratoncillo de campo... pero bueno, ya los vemos como si nada pasara. A media noche me despierto ya que oigo a Quim moverse mucho y diciendo algo, y miro hacia arriba y lo veo haciendo mil espasmos...
- Que pasa Quim????
- Ostia, que tengo un ratón en la cama!!!!
Joer!!! menudo susto y mal rollo, estaba en la cama de arriba y había llegado un ratón, pero sorprendentemente, al instante como si hubiera sido entre sueños, caigo dormida.
Quim no se encontraba nada bien, y aprovechó la bajada para ir al baño. Ya nunca más supimos de su vuelta a la cama en toda la noche. Estábamos todos dormidos.
Quedaban diez minutos para llegar, y nos despertamos y Quim no estaba. Así que Núria y Thor fueron a buscarlo. Y no lo encontraban. Ya empezamos a temernos lo peor. Los baños estaban cerrados y nadie contestaba, así que nuestra imaginación empezó a hacer de las nuestras y a pensar que se había quedado KO dentro del baño y no nos podía escuchar. Que miedo pasamos. Al fin fueron dando vueltas vagón arriba vagón abajo y lo encontraron en una cama que había libre en la parte baja: se encontraba fatal. Y no había podido ir al baño, estaba lleno de ratolines y cuquis varias:
-Ahí no cago ni jaaarto vino!
Así que bajamos enseguida del tren y pillamos el primer rick (70r.) que encontramos para dirigirnos al hotel, hacia un hotel que recomendaba la lonely, habíamos decidido que le haríamos más caso a la guía visto el éxito. Y con aire acondicionado, please, eso era el infierno. Somos tan listos que le pedimos que nos llevará a la torre del reloj que nos esperaban unos amigos, para que no intentara llevarnos a otro y se llevará su comisión. Y así lo hizo. Y pam! llegamos a la torre del reloj, preguntamos donde esta el hotel y resulta que estaba al lado de la estación, hay que joderse (que listos!!?). De perdidos al rio, echamos mano de la tarjeta del hotel que nos había recomendado Tom que estaba cerca de la torre del reloj y santas pascuas, otra vez será. Llegamos al hotel, las calles estaban desiertas, pero ya pudimos distinguir que aquella ciudad seria otra historia. Más suciedad, más vacas, y por lo tanto los olores más intensos, pero íbamos a piñón fijo: una cama, please!
Llegamos al hotel y la habitación estaba correcta, una habitación de cuatro bastante grande con ventilador (susto no, esta vez muerte), negociamos el precio, 200r. por persona, y nos tiramos en la cama como si fuera lo último que haríamos en nuestras vidas.

2 comentarios:

  1. Ei, quines aventures. Recordo el trajecte amb camell, la calor, els nens, les cuixes encetades, els mosquits, però és un dels llocs que més em va agradar del Rajastan.
    Quina putada el colega que va organitzar l'excursió.
    Com esteu de les kakites? La coca-cola "manita de santo".

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